jueves, 2 de diciembre de 2010

Se truncan los sueños de España y Portugal para el Mundial de 2018

Ambiente enrarecido tras las elecciones de Rusia y Qatar para la celebración del Mundial en los años 2018 y 2022, respectivamente. Muchos de los asistentes que procedían de las distintas candidaturas a concurso, y que posteriormente fueron eliminadas, se fueron de la ciudad europea de Zúrich con un mal sabor de boca. Decepción y sombras definen el estado anímico de los que han estado presentes en las votaciones.
           Rusia, país considerado como puente entre Occidente y Oriente, será la sede del Mundial de Fútbol de 2018. En la primera tanda de votaciones registro 9 votos. Mientras que Inglaterra cayó eliminada al conseguir únicamente 2 votos. Según diversos medios de comunicación, el país inglés ha recibido tal puntuación en una especie de `castigo´ por las acusaciones vertidas hacia la FIFA, calificándola a ésta como un órgano corrupto y con falta de transparencia.
             Por su parte, España y Portugal, presentadas como candidatura conjunta (candidatura ibérica) fueron reconocidas con unos 7 apoyos de la Comisión de Evaluación de la FIFA. Igualmente, como países unificados en una sola candidatura, Holanda y Bélgica obtuvieron 4 votos.
             En la segunda tanda, Rusia conquistó 13 puntos, la candidatura luso-española se quedó estancada con el mismo número de votos y los Países Bajos perdieron dos apoyos. Con tales resultados, se confirmaban algunos comentarios que el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, había ido realizando en los últimos tiempos. Sugirió en numerosas ocasiones que no se perdiera de vista a los rusos.

          
              Entre las candidaturas mas deficientes en sus infraestructuras a día de hoy resalta las del país ruso. En el proyecto presentado por Rusia figuran un total de 13 sedes y 16 estadios. Un proyecto faraónico en el que hay que recordar que de esos 16 estadios, 13 serán de nueva construcción. Mientras, la mayoría de países eliminados en estas votaciones poseen en la actualidad un número importante de estadios, que, por tanto, no haría falta construir. Además, se trata del país que mayor inversión requerirá para adaptar los estadios ya existentes a la talla que todo partido mundialista ha de tener. 

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